
viernes, 9 de septiembre de 2011
jueves, 18 de noviembre de 2010
INTRODUCCIÓN
El utilizar las fotografías y dibujos de una misma pintura responde a que en muchos casos, ya sea por condiciones ambientales, de ubicación, de iluminación o bien por erosión de la misma pintura, u otros factores incidentes, existen rasgos del pictograma que la cámara no capta de una manera muy precisa. Es por ello que se recurrió a la proyección de la imagen sobre un papel y trazando los rasgos obtenidos, complementándolos con los dibujos obtenido in situ. Al respecto se da el reconocimiento de los dibujos de Hugo Caballeros (Robinson 2000) de La Casa de Las Golondrinas, de quien se utilizaran sus dibujos como complemento de los que de hecho ya se tenían y que posteriormente fueron digitalizados como hoy se presentan.
ARTE RUPESTRE.
El Arte Rupestre, ha sido una forma de expresión del hombre desde tiempos inmemoriales, que se pierde en los albores de los grupos más tempranos del Periodo Paleolítico Superior de Europa, aproximadamente: 35,000 años a.C. Este fechamiento se podría decir que rivaliza, relativamente, con algunas manifestaciones pictográficas de Suramérica. Lamentablemente en Guatemala aún no se tienen fechamientos absolutos, pero en determinado momento podrían dar inesperadas sorpresas.
El arte rupestre no se considera que se halla realizado inicialmente con el concepto de arte que se tiene hoy día, es decir, el arte para el deleite del diletante, si no como un medio imperativo e inherente al ser humano de comunicarse con el ser rector de su cosmogonía, como de comunicarse entre sí. Esta práctica es parte de la expresión espiritual de las culturas tempranas, que representaron y hoy día continúan representando sus conceptos mágico-religiosos y actos cotidianos en su indumentaria, así como eventos que en determinado momento han revestido una connotación especial en su vida diaria, por lo que fueron conmemorados y trasmitidos a otras generaciones y a otros grupos coexistentes. Es preciso mencionar que dentro de algunos grupos sociales de Guatemala, aún existen sitios aislados con representaciones rupestres considerados, hoy día, como lugares sagrados de peregrinaje en donde se realizan actos ceremoniales.
Es de hacer notar que las cuevas y abrigos rocosos han sido ambientes propicios para la elaboración de pictogramas. Los mismos coadyuvaron para que las pinturas hayan perdurado hasta nuestros días. Para el hombre prehistórico, estos fueron espacios favorables para guarnecerse de los elementos naturales, ubicados próximos al elemento agua que, como propiciador de vida, se constituye en una constante dual de grafismos encontrados siempre próximos a un manantial, río, o lago, lo que hace pensar en el elemento agua como un componente de las representaciones graficas, sean éstas líticas o pictográficas.

FENÓMENO ENTÓPICO
Investigadores sudafricanos del arte rupestre como D. Lewis-Williams y J. C. Dowson (1988), así como el americanista P. T. Furst (1992) entre otros, han propuesto que el origen y la incidencia en las manifestaciones de arte rupestre fueron propiciadas por la ingesta de elementos psicoactivos.
Este modelo propuesto para comprender el arte rupestre se ha denominado Fenómeno Entópico, dicha ingesta inducen a estados alterados de conciencia. En el caso que nos atañe este fenómeno propicia una actividad ritual determinada, indefectiblemente dirigida por el shamán del grupo quien oficia las ceremonias mágico-religiosas, alcanzando un estado extático que posteriormente lo induce a la representación de sus “ensueños”, percibiéndose a si mismo en contacto íntimo con el universo, experimentando una visión de intensos y vibrantes colores musicales, visualizando figuras abstractas, musas de sus delirios creadores y rectores de su cosmogonía.
Es este el credo de su concepción universal, que dependiendo del cognocimiento del shamán o hierofante, siendo el hombre que posee la memoria ancestral del grupo, experiencia que a largo o mediano plazo repercutirá en el bienestarespiritual y material del grupo. Estos factores sumados al conocimiento de las substancias psicoactivas, le otorgan al shamán un estatus social superior y por ende, poder de liderazgo, garantizándole la cobertura de todas sus necesidades materiales.
Su actividad positiva contribuye a una situación que lo conduce a darle identidad a su grupo, siendo estas particularidades las que propician a largo o mediano plazo a una jerarquización incipiente del mismo,
Dentro de los medios que propician los estados alterados de conciencia, independientemente de la ingesta de elementos naturales, se pueden mencionar el ayuno, las sangrías propiciadas por tortura física, el agotamiento total por medio de danzas incesantes, cantos monótonos, el insomnio provocado en entre muchas otras formas que propician el estado alterado de la mente.
No se puede aseverar con certeza que todas las representaciones rupestres se deben de enmarcar dentro del fenómeno entópico. Para el caso especifico de Guatemala se tiene la certeza del consumo de hongos alucinógenos, así como se puede constatar el consumo del peyote, el cual fuera prohibido durante la época colonial, según Chinchilla Aguilar (1953) de quien literalmente leemos: “.....fueron sobre todo muy rigurosas las medidas tomadas en 1621 y la Inquisición en este año por intermedio del deán y comisario de Guatemala Felipe Ruiz del Corral mandó poner en ejecución el edicto sobre la prohibición de laimportación del peyote...” Otra evidencia tácita del uso de elementos psicoactivos en tiempos prehispánicos, especialmente en las Tierras Altas de Guatemala es la significativa muestra de hongos tallados en piedra, especialmente en el área de Kaminaljuyu.
PETROGLIFOS DE SUCHITÁN
La erupción del volcán Pacaya, la Tormenta Ágata, y una época lluviosa intensa, que no se había precipitado desde mediados del siglo pasado en Guatemala, imposibilitó continuar con las investigaciones de campo del presente año. No obstante los desastres naturales ocasionados en toda la República, fue posible localizar un nuevo petrograbado no reportado con anterioridad. Este se localiza a inmediaciones del lago Amatitlan, del cual estaremos proporcionando la correspondiente información próximamente.
Dadas las circunstancias meteorológicas anteriormente citadas, se optó por cambiar la investigación de campo por la investigación de publicaciones periodísticas culturales del siglo pasado. Siendo de esta manera como encontramos en el rotativo La Hora (26 de Mayo 1973), un artículo del Dr. Guillermo Mata Amado (especial amigo), quien en compañía de su hijo y un amigo suyo, recorrieron las faldas del volcán Suchitán. El volcán Suchitán se ubica en el Departamento de Santa Rosa, el área investigada corresponde a la etnia Xinka, la cual se encuentra en vía de extinción, de los cuales a decir del licenciado Hugo Fidel Sacor (2009), para el año 2007 solamente pudieron ser censados 2,827 personas.
El reconocimiento del área, respondía a la intención de documentar un petrograbado conocido localmente como El Obispo. Según informa Mata, el reconocimiento lo iniciaron a caballo, dado lo escabroso de la pendiente de las faldas del referido volcán y no fue sino después de cuatro horas de cabalgar cuesta arriba que encontraron el petrograbado.
El petrograbado curiosamente representa la figura de un ser antropomorfo, representación no muy usual dentro del arte rupestre de Guatemala, en el oriente de la misma, que cronológicamente probablemente corresponda al Período Postclásico. El personaje se encuentra representado ostentando un gorro que hace recordar una mitra obispal como él mismo Mata refiere. Del parietal derecho del personaje emerge la representación de la cabeza posiblemente de un jaguar, en cuanto en el parietal izquierdo se aprecia la representación de un ser mitológico no definido. Se considera aventurado el determinar la naturaleza de las otras dos cabezas que presenta a la altura de las caderas, dado el caso que el dibujo no esta muy apegado a la realidad. El rostro del personaje es un tanto caricaturesco, su fisonomía está conformada mayoritariamente por líneas rectas y dos volutas que conforman el rostro del personaje, Estas mismas volutas se repiten trece veces* dentro de todo la representación petrográfica, conformando parte de todo a pesar que se encuentran diseminadas en todo el petrograbado. Las manos alzadas dan la impresión de saludo, tranquilidad o bien de bienvenida. En el pecho presenta un pectoral de simple elaboración, pero al igual que el objeto que ostenta en la cabeza, definitivamente en determinado momento denotaba cierta jerarquía social administrativa o shamaínistica probablemente. Nos cuenta Mata, que la población local había realizado con anterioridad alguna excavaciones al pie del petrograbado, esperando encontrar algún “tesoro” con resultados negativos. Es de hacer notar que el petrograbado lamentablemente fue repasado** con tiza para resaltar el trazo de la figura. Para tener una mejor visualización del mismo se presenta el dibujo, realizado por el mismo Mata.
Continuando con su relación informa haber encontrado tres petrograbados más, uno de ellos corresponde a una calavera de muy mala manufactura, al grado que ni los campesinos locales habían notado su presencia; de igual manera fue descubierta la representación de una “carita” representada por solamente tres horadaciones de aproximadamente de diez centímetros de diámetro, que invariablemente se encontró en asociación a un ojo de agua; (no ilustrada, similar a las reportada con anterioridad en los petrograbados El Manantial y futuramente en el sitio Los Paz).
Continuando la muy acuciosa prospección de Mata y compañía, se detectó un cuarto petrograbado del cual Mata informa está en muy mal estado, pues ha sido víctima de alteraciones recientes, por lo que se presenta una fotografía tomada de la publicación del año 1973. Es muy difícil definir la representación, tan solo se puede aventurar a decir, que posiblemente se refiere a un personaje de alguna relevancia dentro del área.
Es de hacer notar, que si bien en las inmediaciones no existe un sitio arqueológico relevante, a muy poca distancia se encuentra la cantera de obsidiana Ixtepeque, así como la reportada por quien escribe, la cual se ubica justo abajo del pictograma “La Cueva del Diablo”. Es de hacer notar que la cantera de obsidiana más importante y de la cual se tiene la mayor muestra arqueológica y mas difundida en toda Guatemala es la cantera denominada El Chayal, Esta cantera que estuvo bajo el dominio de los señores de Kaminaljuyu quienes comercializaban el producto con sitios tan lejanos e importantes como Tikal, El Mirador, entre muchos otros más. La muestra de Ixtepeque es la segunda más común en Guatemala. No obstante siendo este material un artículo de alta potencialidad comercial, al parecer no estuvo retenida por ningún señorío del que se tenga conocimiento.
Haciendo una revisión más a fondo del archivo personal, se encontró una fotografía y una fotocopia correspondiente a la misma área. En la fotografía se pueden apreciar varias “caritas” grabadas sobre una enorme roca basáltica similares a la reportada por Mata, algunas fueron más elaboradas al haberlas enmarcado dentro de un círculo, mientras que otras son solamente representadas por tres horadaciones, que dentro de nuestra visión del presente siglo nos dan la impresión de ser la representación de “caritas”. De igual manera se pueden observar algunos conductos de evacuación provenientes de la parte superior el que al descender se toman diferentes direcciones.
*De la ultima fotocopia de archivo, se presenta el dibujo de un personaje, el cual lo constituye en su base un motivo entópico, del cual pareciera emerger un ser sobrenatural, el cual presenta tanto en la cabeza así como del interior de su boca y emanando de su garganta el mismo símbolo, más conocido como el Signo del Vórtice, propio del fenómeno entópico.
**No se debe de alterar nunca ninguna representación gráfica.
martes, 16 de noviembre de 2010
PETROGRABADO SAN HIGINIO.
El nombre del petrograbado obedece al mismo de la propiedad donde se encuentra, el cual es de muy difícil acceso por encontrarse en propiedad privada, aun cuando el mismo se encuentra en las inmediaciones de una población densamente poblada como es el Llano de Ánimas. Este último se encuentra en la parte alta del Cerro Mal Paso, el cual conforma la cuenca sur del Lago de Amatitlán, Guatemala,
Previo a tratar sobre el petrograbado San Higinio, se considera hacer una brevísima relación del sitio arqueológico Kaminaljuyu, dado el caso que los grafismos del mismo responden al estilo de tan importante del sitio. Esta opinión compartida por la Dra. Andrea Stone, quien piensa que parece corresponder al Periodo Preclásico Tardío (200 a C. - 250 d C.). Kaminaljuyu, denominación que en lengua K’iche’ significa “Cerro de los Muertos”, se encuentra ubicada en la meseta central del Valle de La Hermita, en el cual hoy día se asienta la Ciudad de Guatemala.
Es de mencionar que en los momentos tempranos de Kaminaljuyu, los primeros asentamientos se dieron en el margen de la Laguna de los Tiestos o Laguna Miraflores, así como en los alrededores de la laguneta El Naranjo (hoy día desaparecidos). También se incluye la existencia actual del río Villalobos el cual contiene gran cantidad de rocas basálticas, ignorándose el por qué nunca fueron talladas ni utilizadas en sus edificaciones. Es de hacer notar que el mismo desemboca en el Lago Amatitlan,
Así mismo, se considera de especial interés el mencionar que Kaminaljuyu fue el sitio más importante de las Tierras Altas de Guatemala. El mismo se inicia durante los periodos más tempranos del formativo (900 a. C.), continuando hasta el Periodo Clásico Tardío 900 d.C.). Sus edificaciones más tempranas son pequeñas plataformas rectangulares. Con el paso del tiempo llegó a ostentar más de doscientos montículos elaborados con mezclas de barro, arena y tobas volcánicas, así como algunas estructuras mucho más complejas de cuerpos escalonados, escalinatas con alfardas, talud tablero etc. Estos últimos se pueden apreciar en el “Parque Kaminaljuyu”. El patrón de asentamiento lo conformaban plazas abiertas de estructuras ceremoniales, administrativas, como posiblemente habitaciones de la alta jerarquía, habiendo superado a cualquier otra ciudad del altiplano guatemalteco, con una ocupación continua que se inicia aproximadamente mil años antes de nuestra era, presentando ocasionalmente evidencia cerámica correspondiente al Periodo Posclásico (900-1524 d. C.). Lamentablemente hoy día se encuentra en vías de extinción, dado el crecimiento urbano de la ciudad.
Curiosamente Kaminaljuyu contaba con varios mantos de agua pero no se conoce de ningún petrograbado que halla sido encontrado en sus alrededores, siendo el presente petrograbado, el primero que se puede atribuir a tan importante cultura. Es importante hacer notar que el hecho de haber contado con más de un manto de agua facilitó crear un complejo sistema hidráulico que contribuyó de gran manera a su desarrollo, dado el caso de la vocación agrícola de las fértiles tierras del área. Otro factor muy importante fue el haber detentado la cantera de obsidiana denominada El Chayal, que como es bien sabido, fue muy difundida en gran parte de Mesoamérica. De igual forma en sus cercanías existen yacimientos de jadeíta, andesita, óxidos ferrosos dentro de muchos otros productos que pudieron ser motivo de comercio a distancia.
Concerniente al tema que nos atañe en particular, es de hacer notar que muchas manifestaciones iconográficas de Kaminaljuyu conservan una gran similitud iconografía de estilo Olmecoide, por no decir concretamente Olmeca, ya que en ciertas estelas se aprecian íconos pertenecientes a esta cultura, no estando de más el hacer notar que el pictograma El Diablo Rojo, que ha sido totalmente aceptado en definitiva como perteneciente a la referida cultura Olmeca, se encuentra a una distancia espacial muy cercana al petrograbado San Higinio. El Diablo rojo fue fechado por C14 habiendo aportado una fecha de 3030 + - 45 años, según el informe del análisis proporcionado por el Dr. Marvin Rowe y Karen Steelman del Departamento de Química la Universidad de Texas A&M.
El estilo escultórico-iconográfico de Izapa (México), se ha considerado que deriva de la Cultura Olmeca, mismo que comparte con algunos otros sitios; siendo Kaminaljuyu el único con quien se harán una comparación en este documento. Las estelas 5 y 11 de Kaminaljuyu se presenta como un ejemplo análogo de las esculturas de Izapa de las que Proskouriacoff los definió como “grotescas figuras hetereomórficas compuestas y tomadas de varias formas combinadas de diferentes signos de vida sobrenatural”. En particular quien escribe la ve como composiciones imaginativas así como íconos alegóricos a ciertas deidades.
El petrograbado de San Higinio comparte esas características que de alguna forma inmediata nos hace recordar los frecuentes componentes de las esculturas de ambas culturas, que muchos arqueólogos se han referido como representaciones de “dragones o monstruos” las cuales responden a la individualización de divinidades propias de su cultura.
El petrograbado San Higinio es sumamente difícil de interpretar, si bien se puede decir que guarda cierta filiación con el sitio Kaminaljuyu por su estilo, el mismo se encuentra a más de 35 Kms. de distancia.
En la rivera del Lago Amatitlán existen varios sitios prehispánicos mucho más cercanos al petrograbado, como los sitios Amatitlán, Mejicanos, y Contreras que Kaminaljuyu, pero estos responden a una temporalidad más tardía. No obstante que este grafismo se encuentra dentro del área denominada Llano de Ánimas, dentro de la cual existe el sitio arqueológico denominado Monte Sion, el cual presenta una buena cantidad de petrograbados, mismos que han sido motivo de estudio del Mtro. Carpio Rezzio desde el finales de 1997 aproximadamente. Los que se consideran que también son más tardíos.
San Higinio es mucho más temprano, dado el caso que presentan un rasgo que no se debe de obviar y es que en la parte superior de la roca que presenta el petrograbado, se encuentra una concavidad dentro de la cual, con los años hubo una deposición de tierra, al grado que en la fotografía se puede observar que le han crecido algunas plantas silvestres en su interior; algunos investigadores han denominado estas oquedades no naturales como: cúpulas, tacitas, bacines, etc. Y La realidad es que no existe un consenso en como se debieran de denominarse por haber sido muy poco estudiadas. De lo que si se tiene conocimiento es que pertenecen a una cultura muy temprana, hay ciertos lugares en donde en conjunto existen en abundancia. Hasta hoy se han propuesto algunas teorías al respecto pero ninguna de ellas es sustentable.
Monte Sion presenta unas oquedades descritas por Carpio Rezzio (1998), pero difieren mucho en su morfología así como la totalidad del corpus existente difiere mucho en su estilo, por lo que no es posible sugerir ninguna filiación cultural.